miércoles, octubre 26, 2005

Sorpresa de colores

Ya olvidado aquel incidente durante mi primer día en el jardín de infancia, las cosas transcurrieron con normalidad. De lunes a viernes, por las mañana, recorría con mi padre o mi madre el mismo camino hacia el pre-escolar. Pasados unos meses, consuetudianariamente, cuando pasábamos por una quinta de altos muros, oía claramente cuando me saludaban mentado mi nombre, Hacia un esfuerzo por tratar de divisar quien o quienes me saludaban pero me era imposible, los altos muros de la quinta y mi estatura de liliputiense se confabulaban para impedírmelo. Veía a mi padre o a mi madre, indistintamente, el que me llevase ese día y solo me mostraban una sonrisa jocosa y cómplice. Pasados unos días, ya impaciente de la curiosidad, me detuve frente al muro cuando escuche que me saludaron. Me llevaba mi papa, resuelto le dije que quería ver quién hablaba. Papá me miro y riéndose me cargo poniéndome en pie sobre su hombro derecho. Observe con asombro, por encima del muro, a unos grandes pájaros de vistosos colores que se encontraban enjaulados. La pregunte a papá que clase de pájaros eran esos y me dijo que eran unas Guacamayas. ¿Y hablan…? Le pregunte. Si, - me dijo- son las que te saludan cuando pasamos por aquí. ¿Y como saben mi nombre? – Pues yo se los dije- me contesto mi padre. En lo adelante y por mucho tiempo les devolví el saludo que todas las mañanas me daban las Guacamayas.

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AGRANDADOR DE PENES/ Dile Adios a la Eyaculación Precoz